El Papa Francisco ha declarado un año jubilar josefino, con ocasión de esta celebración nos acercamos a la devoción del santo maestro por San José
Pintura de Raúl Berzosa
La devoción del santo maestro Ávila por san José
Encontramos en la devoción de san Juan de Ávila un especial cariño a san José. El santo doctor solía llamar a las personas de Jesús, José y María “mi trinidad de la tierra”, mostrando así la importancia de los tres en su vida espiritual. En diversas obras suyas aparece la figura de san José de forma destacada. Espigando sus obras podemos destacar las virtudes que el santo maestro reseñó de san José.
San Juan de Ávila hace referencia a san José al hablar de la obediencia: «Cristo, obediente fue a su Padre en vida y en muerte; y también obedeció a su santísima Madre, y al santo Josef, como cuenta San Lucas» (AF cap.101; cfr. Lc 2,51). Y también lo presenta en su dimensión virginal: «Josef fue también virgen limpísimo, para dar a entender que (Jesucristo) quiere ser tratado de vírgenes» (Ser 4).
Uno de los sermones más largos del maestro dedicado a san José es el número 75. Fue predicado un 19 de marzo con intención de «contar las grandezas de este bienaventurado Santo» (Ser 75). Comenta Mt 1,18 (María, Madre de Jesús, desposada con José). En realidad, lo que se intenta es alabar a Dios por las gracias concedidas a san José, padre adoptivo de Jesús y esposo de María: «Así todo lo que se dijere en alabanza del santo Josef resulta en honra de Jesucristo nuestro Señor, que lo honró con nombre de padre, y de la Virgen Santa María, de la cual fue verdadero y castísimo esposo» (Sermón 75).
Se presenta a María y José como modelos de vida en familia, también en medio de las dificultades de Belén, del exilio y de Nazaret. Ambos recibieron «grandes mercedes» de Dios y ambos afrontaron «la tribulación y prueba» (Ser 75). Todo era misericordia de Dios para ambos (cfr Sermón 75). Ambos se habían consagrado a Dios por la virginidad: «Porque ella y tú entrambos tenéis hecho voto, de común consentimiento, de guardar virginidad por toda la vida» (Sermón 75).
La dignidad de San José se enmarca en unas circunstancias de humildad y pobreza. La misericordia de Dios consistió en que «San Josef, hombre bajo según el mundo y oficial carpintero, fuese levantado a tanta honra de ser verdadero esposo de la Madre de Dios y de ser llamado padre y tomado por ayo de aquel que tiene al Eterno Padre por padre y que es criador de cielos y tierra» (Ser 75).
En estas circunstancias, de un matrimonio fiel a los designios de Dios, San José queda descrito admirando y sirviendo a María y a Jesús. Su corazón rebosaba de gozo al ver «tanta humildad, tanta caridad y tanta virtud en aquella Señora que por esposa le había sido dada», adorando, al mismo tiempo, «al bendito Niño Jesús, siendo informado que estaba en el vientre de nuestra Señora» (Ser 75). Su gozo principal era el de oír y pronunciar el nombre de Jesús (Sermón 75).
Así se convirtió en «guarda de la mesma persona y castidad de la sacratísima Virgen nuestra Señora» (Ser 75). Esta grandeza de San José tuvo lugar en circunstancias de pobreza y de trabajo. Así tuvo que alimentar a la Sagrada Familia «de lo que ganare con su oficio en mucho sudor de su cara» (Ser 75). En San José aparece la humildad del Verbo encarnado: «¡Bendito sea tú, Señor, que tanto te humillaste! A un carpintero» (Ser 65 -2; comenta la anunciación: Lc 1,27).
En las «Advertencias necesarias para los Reyes», al hablar de la dignidad del trabajo, tal difícil de entender en aquella época por quienes se refugiaban en «el holgar», apoyados en el «privilegio de la hidalguía», el Maestro presenta el ejemplo del hogar de Nazaret: «San Josef fue carpintero, y no estaría mal a quien no tiene de comer por vía lícita aprender un oficio y usarlo en su casa, pues, por muy alto que sea, no será tanto como San Josef ni como Jesucristo nuestro Señor, que también ayudaba al oficio de su Ayo» (n. 16).
Presentamos un texto del santo maestro acerca de san José entresacado precisamente del Sermón 75 dedicado a este santo custodio. ¿Qué opinión tiene la Stma Virgen de su esposo, José? Así lo expresa hermosamente el santo doctor:
«No cupo, pues, en la boca de la Virgen decir mal del santo Josef; mas decir muchos bienes de él, y honrarlo, y desear que todos dijesen bien de él, y agradecerlo a quien Ío dijese. Cierto es así, que, si por nosotros no queda, tenemos muy cierto el favor de Jesucristo nuestro Señor y de su Madre bendita, para saber contar las grandezas de este bienaventurado Santo; pues así como todo lo que se dice en alabanza de la Virgen bendita, dice San Jerónimo que resulta en honra de Jesucristo nuestro Señor, su Hijo bendito, así todo lo que se dijere en alabanza del santo Josef resulta en honra de Jesucristo nuestro Señor, que lo honró con nombre de padre, y de la Virgen Santa María, de la cual fue verdadero y castísimo esposo. El Señor querrá que su santo ayo sea honrado, y la Virgen que digamos bien de su esposo; y Él y ella lo agradecerán, y copiosamente galardonarán. Y así porque conviene a la honra de Dios como por ganar tal galardón, comenzaremos esta santa historia en alabanza de este glorioso santo esposo de la Virgen». (Sermón 75, n 2).